El MegaEgo

"Un ligero vistazo a la biblioteca (con su caótica convivencia entre libros de management y poemarios de Rimbaud, libros de arte y traducciones de filosofía griega) me hizo rumbear para el placard." ---> Hay necesidad de que, para contar las boludeces que encontraste en el placard, nos hagas saber que leés Rimbaud??

"A partir de cuarto grado, cada vez que hacíamos una redacción, mis cuadernos iban a la dirección, de donde volvían con una felicitación de la directora y un sellito azul de la escuela." ---> Aplauso, medalla y beso, pedazo de snob megalómano y pretensioso!

"yo tan San Telmo, ella tan Palermo Chico. Yo tan fanático de las sonatas de Schumann, las sinfonías de Beethoven y los clásicos inoxidables del rock" ---> Ay... hombre sensible y melanco/bohemio de San Telmo acaso? Sonás tan Palermo Soho como cualquier diseñador de remeritas.

Daniel C. trata de hacernos entrar en su maravilloso mundo relatándonos lo brillante, intelectual y culto que es. Amante confeso del mundo del arte, le encanta citar y hacer referencias a autores clásicos de la literatura y la filosofía.
Daniel C. es de la raza más peligrosa. Si lo viéramos en una reunión o parado esperando en una esquina, no pensaríamos que se trata de este engendro del elitismo. Estos especímenes nos resultan, a simple vista, un tanto pedantes, pero grande es la sorpresa cuando llegamos a sus sábanas y ponen Mozart de fondo mientras el pecho se les infla de orgullo.
Apenas un híbrido... de qué la juega? Como pensador se queda corto, sólo se limita a referencias y frases trilladas. Como hombre sensible, más limitado aun, no genera ni la más mínima emoción a través de sus letras. Ni hablar de cuando intenta ser gracioso, el resultado es más que triste.
Daniel C., te lo decimos de onda... tené cuidado de no convertirte en un American Psycho tercermundista, tanta milanesa de soja transgénica, tanta agua mineral importada y tanta harina integral te van a quemar la bocha.